MI MANIFIESTO DOCENTE

La educación debe ser un lugar para la producción de conocimiento crítico y de sujetos políticos capaces de cuestionar y transformar las normas sociales. Por ello me comprometo a salir del encorsetamiento de significados, atendiendo a la complejidad del fenómeno artístico y abriendo otras posibilidades interpretativas. Trabajar con un currículo abierto de acuerdo con la psicología cognitiva, sometiéndolo a una continua revisión y reorganización teniendo en cuenta las diferencias individuales y el contexto social, cultural y geográfico.

Por lo que partiendo de los gustos y aficiones de los alumnos avanzar a campos más amplios favoreciendo una actitud crítica y reflexiva sobre los elementos que conforman el mundo que rodea a los alumnos, incorporando las aportaciones históricas y actuales, favoreciendo el desarrollo y la adquisición de habilidades específicas. Es decir, desarrollar sus capacidades cognitivas individuales a través de una técnica conductivista, un cambio de conducta en el interior de la persona. Haciendo hincapié en variables no observables como la significación, la intención, el sentimiento, la creatividad y el pensamiento. Hablamos de una teoría constructivista: (Brumer): el aprendizaje no es algo que le ocurra al alumno sino algo que él hace que ocurra al manejar y utilizar la información que recibe. 

Ayudarles a asimilar nuevos contenidos (el alumno debe descubrirlos antes de asimilarlos), y transformarlos de manera que estén disponibles para la realización de tareas nuevas y de distintos significados, y finalmente una evaluación que deje patente que el uso de los conocimientos previos ha sido el adecuado para la adquisición de esos nuevos contenidos. Llevar a cabo un aprendizaje significativo que ponga de relieve la acción constructivista de que el alumno aprende.

A partir del proceso enseñanza-aprendizaje, cuestionarme qué les estoy aportando, si me están entendiendo, que experiencia positiva saco y cuáles son los puntos negativos para remodelar la actividad realizada.

El arte ayuda de un modo muy directo y espontáneo porque a través de las imágenes los alumnos disfrutan de los colores, las formas… hasta acabar mostrando sus emociones como creadores de arte, en lo que nosotros debemos de ser los principales impulsores y motivadores a la hora de enseñarles otro lenguaje expresivo que son capaces de desarrollar a partir de su propia creatividad. Así, mediante el acceso al arte y a la cultura por extensión se pretende capacitar al individuo en distintos procesos cognitivos adaptados a sus características personales, para lograr un desarrollo humano completo. Por ello es principal nuestras actitudes e intereses a la hora de buscar recursos que cumplan con este objetivo (museos, talleres, arte urbano, internet...) y se adapten a las necesidades del alumno, y a través del arte de nuestro tiempo.